That Mexican OT might need to head back to technician school because this mixtape doesn’t feel well put together. The Texas rapper starts strong in the first half, with some decent verses, fun production, catchy hooks, and okay features. The beats are intriguing, and the bars show potential. However, as the mixtape progresses, it begins to feel repetitive, almost like we’re being tricked into hearing the same song over and over again. Many of the tracks follow a clear formula: he ad-libs with lots of “uh-huh” and a strange scream in the background, repeats his name, delivers his verse, hits you with a catchy hook, features a guest artist, and then rinses and repeats. Aside from about two tracks, this pattern dominates the entire album. If this mixtape were shorter, it might not be as noticeable, but after 16 tracks, it becomes a bit frustrating.

His vocal performance is another aspect I can’t quite figure out. He sounds clear and easily understood, but outside of tracks like “Function” and “Twisted Fingers,” his vocals feel quite flat. There’s nothing unique or spicy about his delivery, and he often sounds bland and unremarkable. The beats start to blend together as well, too similar to each other, often using the same elements like the screams, saxophone, and deep bass. It all feels recycled. On the positive side, his rhymes and bars are solid, and his hooks can definitely get stuck in your head. Surprisingly, when he sings, he seems more lively and engaging than when he raps.

While this project has its share of flaws, there are some standout moments that explain why he’s made a name for himself in the music world. However, whether he’s truly asserting power in the scene is a different question entirely, one that will require more time and growth to answer,

Ese Mexican OT tal vez necesite regresar a la escuela de técnicos porque este mixtape no está bien estructurado. El rapero de Texas empieza bien en la primera mitad, con algunos versos decentes, producción divertida, ganchos pegajosos y colaboraciones aceptables. Las bases son interesantes y las barras muestran potencial. Sin embargo, conforme avanza el mixtape, empieza a sentirse repetitivo, casi como si nos estuvieran engañando al hacernos escuchar la misma canción una y otra vez. Muchas de las pistas siguen una fórmula clara: él hace ad-libs con muchos “uh-huh” y un extraño grito de fondo, repite su nombre, suelta su verso, te suelta un gancho pegajoso, tiene una colaboración y luego lo repite. Aparte de unas dos canciones, esta fórmula domina todo el álbum. Si el mixtape fuera más corto, no sería tan evidente, pero después de 16 pistas, llega a ser un poco frustrante.

Su desempeño vocal es otro aspecto que no puedo descifrar bien. Suena claro y fácil de entender, pero fuera de pistas como “Function” y “Twisted Fingers,” sus voces se sienten bastante planas. No tiene algo único o especial en su entrega, y muchas veces suena monótono y sin vida. Las bases también empiezan a sonar demasiado similares, usando los mismos elementos como los gritos, el saxofón y el bajo profundo. Todo se siente reciclado. En el lado positivo, sus rimas y barras son bastante buenas, y sus ganchos realmente se quedan en la cabeza. Sorprendentemente, cuando canta, parece más animado y cautivador que cuando rapea.

Aunque este proyecto tiene sus fallos, hay algunos momentos destacados que explican por qué ha ganado popularidad en el mundo de la música. Sin embargo, si realmente está afirmando poder en la escena, esa es una pregunta diferente, una que requerirá más tiempo y crecimiento para responder.